Wednesday, July 18, 2007

Para faltarnos el respeto

(Haga click aquí para la versión que aparece en mi columna de hoy 18 de julio de 2007 en El Diario / La Prensa.)


Para faltarnos el respeto

Fueron muchas las cosas que me cautivaron del concierto de Calle 13 y la rapera española La Mala Rodríguez el pasado viernes en el Nokia Theater de Manhattan.


La música estaba buenísima; la audiencia encandilada. De tantos detalles que pudiera mencionar, sólo me detendré en la única pieza que Calle 13 y La Mala interpretaron juntos titulada “Mala suerte con el 13.”

Es la canción más tierna, romántica y sucia que he escuchado en mi vida. De hecho, concretizó en palabras una noción vaga que me había acompañado durante la presentación: de las contradicciones y los extremos presentes en el escenario emanaba un delicioso balance.

En La Mala misma se balanceaban varias fuerzas: rapera y cantante que se proyecta títera, violenta y a la vez amorosa. Delgada, de ademanes usualmente delicados, vestida de blanco-angelito, es también (en sus propias palabras) “una patá por la boca.” La misma que en un aparte de sus canciones nos pidió que abrazáramos a las personas a nuestro alrededor.

En Calle 13 igual habían múltiples fuerzas opuestas que se balanceaban unas a otras: Residente es soez, sumamente politizado, a veces dulce, casi nunca serio. Su contraparte en el escenario es su hermana adolescente, PG13: media ninfa, media duende, siempre bien fuerte; a veces agitando las alas, a veces rematando con groserías lo que su hermano mayor declara.


Pero volvamos a la canción que nos compete, donde La Mala y Residente intercambian versos que son tiernos, filosóficos, y a la vez puercos. El estribillo lo dice todo: “Vamos a faltarnos el respeto, usando el alfabeto completo.”

Y aquí un poquito de los versos:


La Mala:

Quiero un hombre sin complejo
Que tenga buenos reflejos
Pa' ver como se hace viejo
Miro el horóscopo pa' ver qué me depara
Cuando me pongo perra, tú, nada me para
[...] Llévame pa' la cueva
De los pelos arrastrá
No me dejes ni hablar
Si tengo la oportunidad
De agarrarte como quiero la presión
(¿La presión?)
Se te va a disparar [...]
Me sabe mejor lo que no me das
Que lo que me das, ay papá
¿Qué es lo que tú tienes pa’ mi?
Tengo que gritar, yo estoy en libertad
Vamos a ponernos a llorar[...]


Residente:

Oye,flaca
Este sudaca quiere tener sexo con caca
Kinki, peludo como Chubaca.
Quiere tener sexo puerco, sucio, como de inodoro
Oríname en el pecho
Te lo juro que yo te enamoro, mi tesoro
(Escúpeme en la boca)
Mientras me agarras las tetillas
Con solo verte las rodillas yo me lubrico
(Ay, que la tienes muy pequeño chico)
Pero eso lo sabes tú na' más y ahora todo Puerto Rico
[...] Yo te quiero decir cosas bonitas mamita
Pero no me sale
Es que yo fui criao por los animales
Sin modales
(Mamando teta de orangutanes)



Frances Negrón-Muntaner, autora de un ensayo sobre Calle 13 titulado “Poesía de porquería” describe la canción como “una burla de estereotipos machistas” que propone al “cuerpo como nutriente, fuente de placer y conocimiento.” Concuerdo.

Me impresiona que el humor, la burla, el romance y el deseo crudo estén todos ahí presentes, balancéandose en espléndido “malamarismo.”

Así sí podemos “faltarnos el respeto” ya que, en realidad, estaríamos haciendo justo lo opuesto.

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